Terminaremos el año juntas, un 2013 lleno de dolor y con algunas alegrías.
Tenemos en nuestra historia, amiga, miles de recuerdos de nuestros años de estudios juntas. Cientos de anécdotas, llantos y emociones compartidas.
Recuerdo a Camilo, nuestro gato. Eras oficialmente su mamá pero también lo quería, recuerdo cuando estudiábamos y él nos defendía de los sinsabores dándonos alegría.
La escena épica de cuando nos conocimos y nos flechamos para siempre: era amistad eterna u odio infinito. Por suerte no me arrepiento de haber elegido ser tu amiga.
Crecimos juntas, te presenté mi primer novio, después de un tiempo te presenté a Juan, mi compañero incondicional.
Estuviste con nosotros cuando Juana era una beba, sos y serás para ella "la tía Eugenia", aunque no seas mi hermana de sangre. Sabés que no necesitamos ser parientes porque nos elegimos entre millones para ser amigas, confidentes, cómplices de aventuras, trasnoches, mañanas y tardes.
No pude estar en todos los momentos importantes de tu vida aunque sí en algunos: estuve ahí cuando te recibiste, cuando casi tirás la toalla, en algunas de tus mudanzas. No estuve cuando murió tu papá pero te llamé porque quería saber cómo estabas.
Hemos tenido discusiones bizantinas, nos hemos llevado el mundo puesto y otras veces, el mundo nos ha puesto contra la pared.
Este año lo terminaremos y comenzaremos 2014 con la promesa de amistad que renovamos desde 2001.
Gracias de nuevo, gracias por tanto.
No deseo demasiado, sólo seguir contando con personas maravillosas como vos que me dan aliento, cobijo, un hombro para llorar y un abrazo cuando lo necesito.
Te adoro amiga.
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