A veces sucede que las sorpresas son buenas.
Sólo a veces llegan las oportunidades que esperabas para sentirte mejor.
Atea hasta de mí misma, nunca puse la energía ni en el destino ni en los presagios. Mucho menos en las cábalas.
El esfuerzo y el trabajo que significa luchar por lo que he querido me parecen los mejores caminos para canalizar los deseos.
Deseos que siempre son inacabados e infinitos, por esas razones es que también generan ansiedades y desolación.
Sólo a veces esos deseos se cumplen y hay que tomarse un momento para disfrutarlos y perseguir nuevos proyectos.
Gracias a quienes me (nos) ayudaron a conseguir este sueño compartido.
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