Odio las etiquetas, de todo tipo. El traje de etiqueta, que me etiqueten y digan qué soy o qué parezco.
Me gustan las personas que me conocen y me dejan ser como puedo y quiero ser.
No intenten cambiarme, no hay crítica peor que la mía. Soy una brutal autocrítica.
Si no les gusta cómo soy, guárdense sus comentarios agresivos y verán su bilis amarga quemándoles el cuerpo.
No me importan sus prejuicios, lucho desde que nací contra toda clase de mitos y juicios sin argumento ni razón.
No me basta con las apariencias, si sus palabras no se sostienen con hechos son pura banalidad.
Amo a quienes son fuertes, a lxs débiles, a lxs pobres y todxs los que luchan por sobrevivir.
De ellxs aprendo.
No creo en las salvaciones, creo en cada granito de arena, en cada lugar construido como colectivo humanx.
Lucho todos los días contra mis propias miserias y creo que voy ganando.
He encontrado personas maravillosas que están a mi lado, a ellas las elijo todos los días como mis amigxs, consejerxs, amores...
Gracias por sostenerme y dejar que lxs sostenga.
lunes, 25 de noviembre de 2013
domingo, 10 de noviembre de 2013
Las guerreras insospechadas
Temen a las mujeres sin miedo quienes no reconocen
su basta trayectoria en censura, quienes sienten
orgullo de sus privilegios, quienes quieren conservar
su status.
Pero las mujeres sin miedo estamos aquí, para romper
estereotipos, esquemas, sistemas, privilegios,
noblezas de sangre, empresas que nos dicen que
somos feas, fofas y deprimidas.
Las mujeres sin miedo no retrocedemos, así que
cuidado cuando los poderosos y las poderosas
se encuentren con alguna de nosotras, las brujas,
las malparidas, las desobedientes e insumisas.
Porque a partir de ese momento, no podrán
sostener sus esqueletos vacíos de sentido.
su basta trayectoria en censura, quienes sienten
orgullo de sus privilegios, quienes quieren conservar
su status.
Pero las mujeres sin miedo estamos aquí, para romper
estereotipos, esquemas, sistemas, privilegios,
noblezas de sangre, empresas que nos dicen que
somos feas, fofas y deprimidas.
Las mujeres sin miedo no retrocedemos, así que
cuidado cuando los poderosos y las poderosas
se encuentren con alguna de nosotras, las brujas,
las malparidas, las desobedientes e insumisas.
Porque a partir de ese momento, no podrán
sostener sus esqueletos vacíos de sentido.
martes, 5 de noviembre de 2013
Cuando me haya rendido
El día que me abandone a la desesperación comenzaré a morir.
No puedo ni quiero hacerlo ahora, tengo sueños, proyectos, sigo quejándome porque me siento viva.
Aunque no sepa cuándo, ni cómo, sé que en algún momento la vida que tengo será diferente.
Quizás más calma, quizás más aburrida, quizás nada haya cambiado sustancialmente pero algo será distinto.
Puede suceder que algún día me canse de luchar, me canse de vivir, me olvide de soñar.
Ese día no sucedió aún pero no podré evitarlo eternamente, como tampoco puede repelerse la rutina ni el desamor.
No puedo ni quiero hacerlo ahora, tengo sueños, proyectos, sigo quejándome porque me siento viva.
Aunque no sepa cuándo, ni cómo, sé que en algún momento la vida que tengo será diferente.
Quizás más calma, quizás más aburrida, quizás nada haya cambiado sustancialmente pero algo será distinto.
Puede suceder que algún día me canse de luchar, me canse de vivir, me olvide de soñar.
Ese día no sucedió aún pero no podré evitarlo eternamente, como tampoco puede repelerse la rutina ni el desamor.
viernes, 1 de noviembre de 2013
La lluvia
A mí la lluvia me encanta, me transporta.
Escucharla bajo los techos de chapa, también a la intemperie si no me acucian las responsabilidades.
Odio los paraguas porque nunca me han servido, prefiero la mojadura, el frío, casi todo menos ese elemento tan poco aerodinámico, tan sutil que se vuela, tan aburrido que me exaspera.
Me gusta sentir el agua que cae en mi piel, en mi pelo, en todo el cuerpo.
Leer, soñar, hacer el amor, pensar, degustar, son todas actividades que puedo hacer bajo la lluvia. ¿Por qué debería importarme el estado del tiempo si me decisión es ser feliz en cada instante?
Hay que animarse, gritarlo a los cuatro puntos cardinales. Me importa poco tu moralina, tus sanas o buenas o tristes costumbres.
Elijo ser yo, de la manera que me plazca. Sin tener que dar explicaciones a nadie, eso es ser plenamente libre para mí.
Escucharla bajo los techos de chapa, también a la intemperie si no me acucian las responsabilidades.
Odio los paraguas porque nunca me han servido, prefiero la mojadura, el frío, casi todo menos ese elemento tan poco aerodinámico, tan sutil que se vuela, tan aburrido que me exaspera.
Me gusta sentir el agua que cae en mi piel, en mi pelo, en todo el cuerpo.
Leer, soñar, hacer el amor, pensar, degustar, son todas actividades que puedo hacer bajo la lluvia. ¿Por qué debería importarme el estado del tiempo si me decisión es ser feliz en cada instante?
Hay que animarse, gritarlo a los cuatro puntos cardinales. Me importa poco tu moralina, tus sanas o buenas o tristes costumbres.
Elijo ser yo, de la manera que me plazca. Sin tener que dar explicaciones a nadie, eso es ser plenamente libre para mí.
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