Bienvenid@s
Quiero darles la bienvenida a mi blog. Mi idea es que este medio nos sirva como un canal más de comunicación de ideas, de unión de voluntades y de expresión de proyectos para que podamos hacer algo para mejorar nuestro pequeño lugar en el mundo.
Soy militante, feminista y atea, para mí los derechos de las mujeres y de los colectivos identificados con la palabra diversidad son una fuerza que me impulsa para seguir dando la batalla de ideas desde los escritos, las discusiones, pero también necesito dar la pelea en la calle. Manifestándome y expresando que deben desnaturalizarse la homofobia, la misoginia, la transfobia. Porque estos "miedos exponenciales" o exagerados generan marginación y muerte.
Sin más que decir. L@s espero en mi reciente lugar de expresión.
Valeria Canoni
domingo, 27 de enero de 2013
sábado, 19 de enero de 2013
Aborto legal: tema urgente en Argentina
Aborto
legal: tema urgente en Argentina
Como militante feminista para mí el tema del aborto
legal en mi país es el más urgente e importante en la agenda de las mujeres.
Quienes hemos tenido la suerte de estar informadas, educadas y tenemos acceso a
la salud pública y a las obras sociales o prepagas somos pocas mujeres en
relación con las mujeres marginadas tanto por la pobreza como por la
insuficiente educación sexual que se imparte en Argentina.
Si bien hay leyes que crean programas como el de salud
sexual y procreación responsable[1],
también se ha sancionado la ley de educación sexual integral[2] para
los estudiantes (desde los 6 a los 18 años aproximadamente); todas estas
iniciativas legales y avances no son más que formalidades. En nuestro país la Iglesia Católica ,
fundamentalmente, retrasa el dictado de las capacitaciones, cercena la libertad
de los profesionales y docentes y, sobre todas las otras trabas, utiliza su
poder político para hacer lobby entre empresarios y políticos en ejercicio para
amedrentar cualquier intento de puesta en práctica de estos programas.
Más allá de la hipocresía de las cúpulas religiosas,
es conocido por todos y todas las ciudadanas que la ilegalidad no es el camino
para evitar los abortos; sólo la educación sexual, el acceso a todos los
métodos anticonceptivos que hay en el mercado de manera gratuita y la
proliferación de capacitaciones para su uso adecuado pueden menguar el número
de muertes de mujeres que se realizan los abortos clandestinos. Esta es una
tarea del Estado, no de ningún credo. Entendiendo que el Estado es laico y que
quien gobierna lo hace para creyentes y ateos, o sea para ciudadanos, más allá
de las diferencias de cualquier tipo es que es urgente articular las políticas
y las voluntados tanto de los funcionarios de los gobiernos tanto a nivel
nacional como en el resto de los estamentos para que de una vez por todas se de
una solución a la enorme mortalidad de las mujeres que se someten a abortos
ilegales y clandestinos.
No hay manera de evitar los abortos, las mujeres
creemos en la autodeterminación sobre nuestros cuerpos, no necesitamos que
nadie nos diga cuándo parir y cuando no; por cientos de años lo hemos decidido.
Sólo cuando las instituciones conservadoras hicieron pie en las
reglamentaciones y leyes de los Estados modernos se nos negó el derecho a
decidir sobre nuestro propio cuerpo.
Es hora que nos retornen ese derecho y que si
queremos ser madres voluntariamente lo hagamos en las mejores condiciones
posibles. Ya hemos pagado con la vida de miles de nosotras, es tiempo que
apostemos a dignificar la vida no a destruirla con prohibiciones inútiles.
jueves, 17 de enero de 2013
Trabajo
Final: Maternidad Voluntaria y
Derecho al Aborto como derechos fundamentales de las humanas
Uno
de los derechos de los que poco se habla en la sociedad, a pesar de que en el
mundillo de las militantes feministas ya nos resulta casi un cliché es el
derecho al aborto. Pero aun menos difundido es algo más integral que es el
derecho a la maternidad y a la lactancia voluntaria. Volviendo a la experiencia
personal puedo narrar que mi vida cambió cuando salieron esas rayitas en el
test de embarazo y que mi vida no volvió a ser la misma.
Primer punto importante a resaltar: mi
maternidad fue y es voluntaria, planificada y día a día feliz o con altibajos
pero sigo en la búsqueda de la armonía familiar. Repito esto de voluntaria pues
creo que casi nadie, o por lo menos pocas personas se preguntan si quieren ser
madres, o por tradición, sujeción de género, mandatos sociales, etc, les viene
impuesto per se,
Cuando se habla de los derechos que tenemos
por ser mujeres, muchas veces se vuelve al argumento arcaico de la Naturaleza femenina.
Algo así como si al salir al mundo de la vida extrauterina naciéramos con un
manual de instrucciones, tipo electrodoméstico ultramoderno y con innumerables
funciones, y con ellas nos bastara para vivir. Siguiendo a Simone de Beauvoir
les digo que cada día más creo que la
Mujer se hace y no se nace.[1]
Nadie nos prepara para los dolores, las angustias, las inseguridades que
nos sofocan y que vienen con el estado de volverse madre, o mejor dicho de ser
hija, novia, obrera y además en un determinado momento adquirir el status de
madre.
Creo que en esta gran novela mitológica que
se ha propagado oral y por escrito sobre la maternidad hay muchos y muchas
cómplices, además de que resulta casi un grito desesperado como se recurre a la
maternidad como imperativo de superviviencia de la especie. Ya desde el
nacimiento se eligen colores, juguetes, hasta se quiere imponer una determinada
personalidad si se es niña o niño. Siempre renegué de todo eso, cuando era
pequeña mi madre quería que aprendiera a doblar ropa, ordenar, limpiar,
cocinar, esos eran los deberes que debía cumplir, me estaba preparando para
cuando fuera madre-esposa. Lamento decir que casi nada de eso lo aprendí con
ella en ese momento, es más puedo decir que mayormente aprendí todo cuando me
mudé a Paraná dejando la casa de mis padres
en Bahía Blanca mil kilómetros de distancia. Aclarando, obviamente, que
algunas de las cosas que mi mamá me quería transmitir todavía me niego a
realizarlas por considerarlas tareas de servidumbre en el sentido estricto de
ser esclava. Una de ellas es el planchado, ya le devolví a mi mamá la plancha
pues me ocupaba espacio y no la usaba nunca.
Ustedes se preguntarán: ¿qué tiene que ver
todo eso con los Derechos Humanos? O quizás no, pero apelo a su infinita
paciencia. Los derechos de las humanas han sido vituperados por al menos dos
mil años. Desde que Virginia Woolf habló sobre Mary Kingsley tenemos una
muestra clara de la discriminación por género en el acceso a la educación: No sé si alguna vez le dije
que el permiso para aprender alemán y el estudio de dicho idioma representó
cuanta educación de pago he recibido. En la educación de mi hermano se gastaron
dos mil libras que todavía espero que no fuera un gasto en vano.[2]
Considero que esa fue la primera desigualdad pero creo que se relaciona
directamente con el hecho de que aun hoy en día cuando estamos en la era de las
comunicaciones, muchas mujeres, especialmente las más vulnerables y marginadas,
son ignorantes de la mayoría de sus derechos. Lo que sucede es que seguimos
recibiendo el veto mediante las instituciones conservadoras que no conciben el
avance de los derechos y el reconocimiento de nuevos derechos aplicados a
nuevas situaciones, elecciones o decisiones políticas en concordancia.
Ese es un punto al que quiero arribar muy
especialmente. Cuando pienso en instituciones conservadoras, lo primero que se
viene a mi mente es la Iglesia Católica
así como otras instituciones religiosas con similar discurso pero todavía sin
tanto poder. En la moral católica hay muchas prácticas denegatorias de los
derechos de la mujer, desde la prohibición de que las mujeres sean sacerdotisas
hasta que usen métodos de prevención de embarazos, pasando por una
multiplicidad de prohibiciones absurdas que se tornan irracionales para
cualquier persona. Recuerdo que hace no mucho tiempo, cuando Ratzinger fue a
Camerún su declaración en torno al tema del SIDA: A bordo del avión, Ratzinger dijo que el sida
"no se puede resolver con eslóganes publicitarios ni con la distribución
de preservativos", y que éstos, "al contrario, sólo aumentan los
problemas". "La única vía eficaz para luchar contra la epidemia es la
humanización de la sexualidad", añadió, "una renovación espiritual",
destinada "a sufrir con los sufrientes". Es decir, abstinencia y
oración.[3] Esta actitud de parte de un ministro de la Iglesia y no de cualquier
ministro sino el máximo exponente. Según la grey católica el representante de
Dios en la Tierra ,
que por su importancia y función tiene responsabilidades políticas y
religiosas, lejos de ser conciente de su influencia en la comunidad que lo
instituye como líder vierte su opinión sobre una enfermedad que afecta a miles
de africanos y probado está que la única medida preventiva efectiva es el uso
de preservativos. Esta actitud y su sentencia son criminales y merecerían un
repudio masivo de sus fieles en todo el mundo.
Para comenzar la conclusión quiero volver a
las hipótesis que planteé en un principio y agregar otras que pueden clarificar
la temática: Maternidad voluntaria y derecho al aborto serán posibles si
podemos asegurar el acceso a la educación e información para todas las
argentinas, en segundo lugar si la política de salud comienza a ser planificada
e incluye una perspectiva de género y no sigue viendo a las mujeres como objeto
de las corporaciones médica, religiosa y farmacéutica. En tercer lugar que se
comprenda que el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo es un derecho
supremo para las mujeres y no está en debate. En cuarto lugar, para asegurar la
consecución de todos los anteriores puntos son necesarios dos elementos
definitorios: un mayor presupuesto real destinado a la salud de las mujeres y
la separación definitiva del Estado y la Iglesia , pues al sostener un culto se afirma que
en ese Estado se permite la opinión de un actor que tiene sus propias funciones
y no debe interferir en cuestiones de salud pública. Pues si se sigue oponiendo
a los derechos de la mayoría de las mujeres se incurre en la figura de
discriminación, dado que como todos los credos que son practicados en la Argentina podrían
participar de las estrategias y políticas nacionales de salud sería
impracticable cualquier medida efectiva si es necesario consultar a ministros
de más de mil religiones distintas. Por lo tanto la injerencia de los cultos
religiosos en las estrategias políticas y las decisiones acerca de salud
pública debe ser nula.
Una vez clarificadas las hipótesis puede
comprenderse que la política de salud es machista, en múltiples ocasiones
atenta contra la voluntad y la libre elección de las mujeres, tiene sesgos
religiosos pues los mismos ministros y cuadros políticos más importantes
confiesan sin ningún prurito su fe religiosa y plantean que ellos como
cristianos que son no pueden otorgar derechos que son contemplados por la Organización de
Naciones Unidas en la Resolución 47/2 que trata sobre
la Incorporación de una perspectiva de
género en todas las políticas y programas del sistema de las Naciones Unidas*.[4] Al cual
Argentina[5] suscribe
como a tantos pactos internacionales que suponen un avance progresivo en los
derechos de diversos colectivos, y que como Estado comprometido con la defensa
y promoción de los Derechos Humanos debe difundir.
Por los puntos anteriores delineados
brevemente en los dos párrafos anteriores puedo concluir que para alcanzar las
metas en cuanto a implementar las políticas, las condiciones materiales y el
ejercicio pleno de nuestros derechos, puntualmente dos derechos que están en
consonancia los mencionados anteriormente Derecho a la Maternidad voluntaria y
al Aborto es necesario reformular las políticas nacionales de salud cumpliendo
con una demanda puntual y urgente de las mujeres para poder planificar su
familia en el tiempo y la forma que las mujeres decidan. Para esto sería
imperativo aplicar el principio de equidad y que se informe a todas las mujeres
en los centros públicos de salud de todo el país sobre sus derechos en forma
extendida y efectiva acerca de sus derechos y la posibilidad de practicarse las
intervenciones quirúrgicas de forma gratuita en hospitales públicos de todo el
país. Atendiendo a que es una demanda de orden público y civil, más allá de que
quienes puedan ejercer como médicos, promotores de salud, abogados y demás
mediadores y difusores puedan tener para sí una concepción religiosa o no. Por
lo tanto se sugeriría que si habría objetores de conciencia, estos puedan
figurar en un registro para poder ser reemplazados cuando las ciudadanas pidan
que se realice un aborto quirúrgico o algún tipo de intervención farmacológica
que resulte en el mismo fin.
[1] BEAUVOIR, Simone de, El segundo sexo, Gallimard, París, 1949
[2] GWYNN, Stephen, The
life of Mary Kingsley, p. 15. Cita tomada de WOOLF, Virginia, Tres Guinéas, Quentin Bell and Angelica
Garnett, Londres, 1938
[3] http://elpais.com/diario/2009/03/18/internacional/1237330807_850215.html.
Diario El País, archivo del 18 de Marzo de 2009.
[5] Desafíos para la igualdad de género en la Argentina. - 1a ed. -
Buenos Aires: Programa Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD, 2008.
Vida cotidiana: acuerdos y desacuerdos
Vida cotidiana: acuerdos y desacuerdos
Ellas y él constituyen una familia, una de
ellas es docente de secundaria y él también lo es. La otra ella es una niña de
apenas un poco más de un año de edad. Juntos transitan alegrías, desavenencias,
emociones, miedos, cambios. Hace un mes él tuvo un episodio violento que lo
marcó, desde ese momento la vida de ellas no volvió a ser la misma. Él podría
ser cualquier padre o esposo pero resulta que es el padre de J y el esposo de P
y sólo a ellas les afectó que él sintiera por primera vez en su vida ansiedad y
cierto grado de paranoia. La dinámica familiar que les era común de pronto se
trastocó y se tornó un disparate de medidas, advertencias, insomnios y llantos.
No hubo nadie que
ayudara a X, ni sus compañeros de trabajo ni sus amigos. Capaz que creyeron que
lo molestarían o que no querían invadirlo, pero lo que sintió X es que fueron
egoístas e insensibles con su dolor.
Esta semana, X comenzó a
sentir un dolor abdominal, se asustó mucho y ellas también. Hubo corridas al
médico, llantos, nervios, esperas. X, P y J estuvieron muy inquietos, casi
tanto como cuando X tuvo su incidente en el que quisieron robarle y lo
amenazaron de muerte.
P muchas veces se siente
frustrada y a punto de explotar, con su marido inseguro y nervioso siente que
la carga del trabajo y su hija se hacen insoportables. Hace unos días P
recordaba una escena de una película que la conmovió muchísimo, una mujer que
ante la posibilidad de seguir con su rutinaria vida y sentir deseos de
suicidarse, abandona su familia. P en estos días se siente así. A veces resulta
que como mujer puede resultar gratificante ser una trabajadora, militante,
estudiante, etc., pero también en un punto suele ser agotador y también
sumamente estresante.
P, X y J comparten la
vida pero cada día deben apostar y reflexionar en esta difícil tarea de
conciliar trabajo, amor, familia y política porque juntos se propusieron que
jamás dejarían de lado al otro ni lo explotarían, mucho menos serían violentos
entre sí.
P sabe que no quiere una
familia como la que tuvo al nacer, en la que su madre siempre fue la segunda,
la inútil, la que “nada hacía bien” según su padre. P le explica a X que ella
no quiere repetir la historia y mucho menos que J cargue con sus miedos e
inseguridades.
Por suerte, a diferencia
de los padres de P, X y P hablan todo entre ellos. Discuten, acuerdan, llegan a
puntos muertos y a veces también se disgustan pero sabiendo que juntos quieren
que su pareja sea fuerte y sana y que J sea una niña feliz. Lo demás sigue en
discusión pero en eso siempre están de acuerdo.
La cuestión es saber quién manda
La
cuestión es saber quién es el que manda
“-Cuando yo uso una
palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso- quiere decir
lo que quiero que diga..., ni más ni menos.
-La cuestión es –insistió Alicia-
si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
-La cuestión –zanjó Humpty Dumpty-
es saber quién es el que manda. Eso es todo.”[1]
“Las palabras son mágicas por la forma
en que influyen en la mente de quienes las usan.”[2]
Siguiendo a Teresa Meana Suárez afirmo que: La lengua constituye, como mínimo, el reflejo de la
realidad, de la sociedad que la utiliza. Así como la
sociedad es racista, clasista, heterosexista,
la lengua también lo es.[3]
Pero así como la lengua tiene ciertas características
determinadas políticas, históricas y
sociales; estas también pueden modificarse por el transcurso del tiempo y por
las decisiones de sus hablantes.
Las corporaciones, como la Real Academia Española,
sostienen el uso de un lenguaje sexista. Así lo expresa Ignacio Bosque cuando
elabora un informe para la RAE
respecto de las guías de lenguaje no sexista: Si se
aplicaran las directrices propuestas en estas guías en sus términos más
estrictos, no se podría hablar. Las propuestas reformistas "no están
hechas" para ser adaptadas al lenguaje común, puesto que, según entiende
el académico, "se supone que los cambios que se solicitan han de afectar únicamente
al lenguaje oficial". Es decir, al utilizado por quienes hablan delante de
un micrófono o de una cámara y que, fuera de estas situaciones, se expresan
"como todo el mundo".[4]
Si la lengua en efecto se modifica por
el uso de los y las hablantes, ¿qué es lo que incomoda a la RAE ? Las mujeres hace más de
cincuenta años venimos firmemente cuestionando los privilegios y las
desigualdades, ¿será que nosotras no podemos usar un lenguaje que nos incluya?
La periodista Sandra Russo opina al
respecto: Las feministas protestan porque el
sustantivo masculino incluye al femenino, y eso ya no es un detalle, ni un modo
decir lo correcto, ni es una enunciación justa. Las mujeres estamos
gramaticalmente incluidas en los sustantivos masculinos (trabajadores, ciudadanos,
amigos, invitados, etc.: todo eso, que es de género masculino, lleva al género
femenino incorporado, justo como una costilla semántica). Pero no es la lengua
la que determina la realidad, es al revés.[5]
No resiste ningún análisis la posición
de la RAE ,
explico por qué: cuando nos referimos a las construcciones históricas del
lenguaje no necesitamos ser lingüistas ni filólogas pero, aun si lo fuéramos,
podríamos decir que hay evolución en el relato y la morfología de las lenguas
vivas. Por ende, pueden modificarse para la inclusión de vocablos que relaten
la actualidad del castellano sin que ello provoque el espanto de los puristas
del lenguaje. Respecto a que no fueron consultadas filólogas, es un argumento
falaz; más allá de que la RAE
no las reconozca existen filólogas y lingüistas feministas. ¡Qué sacrilegio!
Pero insisto en el argumento inicial, no se necesita ser especialista en los
estudios del lenguaje para advertir que esta lengua demanda fuertemente una
modificación sustancial. Salvo que los prohombres de la RAE quieran declarar al
castellano lengua muerta y extinta como el sánscrito…
Expliquemos esto tan escamoso que es el
uso del poder para nombrar, o sea la lengua escrita y hablada. Los zapatistas,
aludiendo a la historia, brillantemente dicen:
Además de intentar matarlos, el Poder
globalizado adiestra a sus "pensadores" para aislar a estos topos de
la historia. Los intelectuales modernos determinan, con oscuros juicios y
jurados, la banalización y descalificación del pensamiento crítico. "Poesía,
utopía, mesianismo", son los cargos más recurrentes. ¿La condena? La
persecución y la calumnia.
Es de entender, la emergencia constante
de estos topos coincide escandalosamente con la aparición de movilizaciones
sociales. Y éstas desafían el orden establecido porque también desafían el
quehacer político moderno. Los "intrusos" de la política acechan
detrás de cada rincón de la historia.
Contra la política moderna, y con la Historia como bandera, la
sociedad civil en el mundo se empecina en resurgir una y otra vez. Destella y
se sumerge de nuevo para, otra vez, reaparecer.[6]
Las feministas construimos día a día otro mundo posible porque lo
necesitamos urgentemente. Porque este mundo, fruto del patriarcado criminal e
impune, no nos incluye. Batalla tras batalla hemos ganado espacios legalmente
pero también creemos en un cambio cultural y social. No nos conformamos con las
leyes, vamos por todo. Por un mundo que incluya a las y los sin voz, por
sociedades sin prácticas ni lenguajes discriminatorios, por niñas y niños
educados en libertad, sin sexismo, sin prejuicios, sin presiones religiosas ni
consumistas. El camino es realmente arduo, pedregoso y nos trae muchísimos
obstáculos, pero, como Sócrates, queremos ser esa presencia molesta que
cuestiona los principios fundantes de todas las ideas y concepciones más
arraigadas. Porque entendemos que el único camino posible para la emancipación
es la toma de conciencia, es la razón antes que el dogma, es la igualdad en la
diferencia antes que la imposición de privilegios. No hay dudas que siempre
encontraremos rebrotes de resistencia pues todos los cambios han sido
resistidos pero nuestra revolución de conciencias encarnadas ya es
irreversible, le guste a quien le guste. Porque nuestra propuesta es política,
colectiva, discutida, planificada es totalmente inexpugnable. A pesar de los
avances y retrocesos, seguimos en pie y cada día con mayor fuerza. Porque
nuestro reclamo es legítimo y necesario, nos empoderamos y avanzamos contra
todo, pero también a favor de todos. Porque el patriarcado y su correlato
machista no sólo nos subsume a las mujeres, y a todos los colectivos que luchan
por sus diversas identidades sino que también los violenta a los varones. Todos
necesitamos al feminismo.
[1] “Alicia a través del espejo”, LEWIS
CARROL, s. XVIII
[2]
ALDOUS HUXLEY
[3] MEANA SUÁREZ, Teresa, Porque las palabras no se las lleva el
viento. Por un uso no sexista del lenguaje, Edita: Ayuntamiento de Quart de
Poblet Feminista, de la Casa
de la Dona de
Valencia. Ilustraciones: MABEL ÁLVAREZ. Ilustradora.
[4] www.lanacion.com.ar/1453900-la-real-academia-espanola-contra-el-todos-y-todas
1/2. La Real Academia Española, contra el "todos y
todas" - 05.03.2012
[5]
RUSSO, Sandra, Sobre todos y todas, Diario Página 12, 10 de marzo de 2012.
[6] http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1998/1998_02_a.htm.
SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS, Chiapas, Febrero de 1998.
¿Qué significa educar en igualdad?
¿Qué significa educar en
igualdad?[i]
Desde una perspectiva de
educación marxista primero debe comprenderse que la educación resulta para el
capitalismo un bien de intercambio, y por lo tanto pasible de convertirse en
lucro como cualquier otro bien. El primer pedagogo que propuso una educación
para la emancipación en Nuestramérica fue el brasilero Paulo Freire. Con su Pedagogía del Oprimido[i]
ponía en claro que la educación es una herramienta política y quien desea
ocultar este hecho es precisamente quien la utiliza para su propio beneficio,
quien detenta el poder elige qué tipo de política educativa solventa, para qué
fines y qué desea ocultar. Freire oponía a la educación tradicional o bancaria,
la educación popular o emancipadora. Cuando se refería a esta metáfora del
banco Freire quería develar lo perverso de creer que había una idea subyacente
en la pedagogía que identificaba a los niños y niñas y a todos los sujetos que
se educan como entidades en las cuales se depositaban saberes que provenían de
las personas cultas como los y las enseñantes y que los y las aprendices podían
no sólo repetir sino también asimilar directamente. Ese depósito en ese
niño-banco rendía su fruto a corto plazo, era educado. Lo que explica Paulo
Freire es que esa ideología inmersa en estas ideas tan preclaras son las
pedagogías de los opresores, es decir que los y las aprendices son oprimidos
que si no reflexionan reproducirán esta pedagogía sin más y se convertirán en
opresores. Hoy opresión no tiene la carga semántica que tenía en los sesenta
cuando las potencias imperialistas colonizaban territorios por doquier, creo
que hoy podríamos adaptar el término y hablar de pedagogía para la dependencia
o simplemente para la esclavitud. Y cuando escribo esclavitud no me vienen a la
mente los barcos que trasladaban a los negros del África hacia América sino las
nuevas esclavitudes como la trata de personas para explotación sexual, la
desaparición de niños y niñas para diversos fines y otras esclavitudes más
sutiles pero que coadyuvan a las anteriores porque simbólicamente dan el mismo
mensaje como el consumismo, la dictadura de la delgadez, la búsqueda frenética
del estrellato o el éxito efímero[1].
Aunque estas ideas son muy
estimulantes y nos marcan un camino a seguir, es preciso que agreguemos a esta
perspectiva la mirada o teoría de género. Freire puso en el tapete el papel
político y transformador de la educación, hoy es vital entender que así como la
educación deja fuera a los débiles y oprimidos, entre ellos la más oprimida es
la mujer. Y se extiende esta opresión y desvaloración a todo lo que sea
calificado como femenino o raro como los transgéneros, las intersexualidades,
las lesbianas y los gays, etc. A pesar de los avances legales, como es el caso
de la Argentina
con el matrimonio igualitario y la ley de Identidad de Género, sigue siendo muy
arriesgado o por lo menos un tema bastante evitado la libertad de ser quienes deseamos
ser. El heterosexismo dominante sigue obstaculizando el ejercicio de los
derechos de todxs.
A partir de estos dos ejes,
educación emancipadora y educación con perspectiva de género, la propuesta como
feminista es que la tarea comienza hoy y no debe posponerse más. Más allá de
las intervenciones con programas parciales o acotados a un área como el
programa nacional de educación sexual aprobado pero no aplicado para los y las
estudiantes en el curso de la educación obligatoria, de algunas iniciativas
aisladas en distintos lugares, sean sindicatos, universidades o escuelas, lo
importante es aunar esfuerzos bajo una finalidad: educar a los niños y niñas
para que comprendan que ya fueron demasiadas las heridas que tenemos como para
que sigamos violentando la identidad y la vida de las demás personas. Que no
existe una razón natural o espiritual para segregar a nadie, que todas estas
ideologías que promueven el racismo, la homofobia, la misoginia, la pederastía
son fruto de personas que quieren someter a los otros a su poder y que con una
educación que empodere, que devuelva la autoestima, que vuelva conscientes a
las personas; todo este sistema tan violento que se llama Patriarcado puede
cambiar y ojalá comenzar a destruirse.
Antes de proseguir en la
argumentación necesito realizar una aclaración. Como atea, feminista y
marxista, o sea como militante, siempre he sospechado de los títulos y las
grandes pompas, especialmente de las propuestas grandilocuentes de personas que
jamás se han embarrado pero que dictan lecciones de sabiduría sin ninguna
vergüenza. Por estas razones es que puedo decir que escribo desde las entrañas y
desde el barro que me circunda. Soy una educadora que jamás estuvo detrás de un
escritorio impartiendo dibujos de programas o planes maravillosos pero
impracticables. Soy una docente que enseña en Entre Ríos, que ha trabajo en
escuelas secundarias y en la universidad en la que se recibió y que toda su
vida ha luchado por la educación pública, desde que era estudiante de la
escuela secundaria allá por los furibundos años noventa.
Sin otras aclaraciones,
prosigo en la fundamentación de la propuesta.
¿Por qué la educación es la
única salida para la emancipación? Sin dudas me lo he preguntado miles de veces
cuando estudiaba las materias del profesorado en la universidad pero confirmé
esta hipótesis cuando arribé a la enseñanza en la escuela secundaria. Observando
y aprendiendo acerca de la relación de los y las jóvenes con la filosofía, la
ética y la psicología (son las materias que he enseñando más tiempo), pude
comprender que si hay algo que escasea en las escuelas son los espacios donde
se fomenten la participación, la reflexión y el pensamiento crítico. Por más
diatribas que se escuchen, la educación formal sigue siendo totalmente
repetitiva hasta el hartazgo, llena de formularios, recortes inútiles y
consignas exasperantes. Un joven o una joven que haya sido educado por sus
padres antes de comenzar la escolaridad, que haya leído, que sea curioso e
inquieto llega a una enorme trituradora de carne (la escuela) y se convierte en
un necio hijo del sistema en seis meses de permanencia. O se rebela, por suerte
algunas y algunos nos rebelamos y comenzamos a participar porque si no sería
aun peor la subsistencia en el sistema educativo. Gracias a los centros de
estudiantes, a los talleres, a algunas iniciativas singulares pero poderosas,
la escuela puede y debe salvarse, pero no conservadoramente sin cambiar nada.
Debe transformarse en un lugar agradable para aprender.
Los cambios curriculares
ocurridos en los noventa hoy tienen sus frutos. Cuando vaticinábamos que habría
una educación cada vez más simplificada y acorde a las políticas de mercado nos
decían fatalistas. A casi veinte años de la gran reforma educativa[2]
que destruyó la escuela[3]
y la universidad sin necesidad de tirar abajo edificios, sólo fue necesario
vaciarlas de contenido y equiparar la educación pública a la educación privada.
Esas iniciativas hicieron posible el desfinanciamiento del sistema público, la
deserción de miles de estudiantes y el fomento de todo centro de estudios
privado, sea confesional o laico. No sólo sufrieron las consecuencias los primeros
ciclos de la educación obligatoria sino que repercutió en la educación
superior. Hoy en día se han mercantilizado fuertemente las especializaciones a
la vez que se han hecho cada vez más demandadas; al vaciarse literalmente los
contenidos de las carreras de grado, se ha hecho hincapié en continuar con los
posgrados que, en su mayoría, son sumamente onerosos. Podemos decir que la
reforma educativa impulsada por el gobierno neoliberal de Carlos Menem y
avalada por el Banco Mundial y otros organismos financieros internacionales fue
un tremendo éxito. Cada vez más gente sale sin saber menos de la educación
obligatoria, más necios, con menos iniciativas, sin autonomía y sin pensamiento
y juicio crítico.
¿Cómo cambiar este
tormentoso panorama? Primero hay que sentarse a evaluar veinte años de
desaciertos y cien años de intentos por configurar el sistema educativo
argentino. Luego incluir a todxs lxs que tengan algo para aportar, sin ningún
resquemor creo que no puede incluirse a ningún credo porque gran parte del
atraso es consecuencia de haber cedido ante la presión constante de la Iglesia Católica ,
desde la educación sexual hasta contenidos de ciencias sociales totalmente
cercenados y revisados minuciosamente.
Una educación emancipadora
y con perspectiva de género tiene que ser capaz de establecer prioridades y
quiénes son las personas capaces y más preparadas para estructurarla. Desde ya
no lo son ni los pastores ni los sacerdotes, ni los empresarios que lucran con
la educación.
Quienes siempre hemos luchado
por el sistema público de educación, por la educación pública y no por la mercantilización
de los saberes, tenemos claro quiénes quieren que los y las jóvenes sean rebaño porque no les
conviene que sean sujetos políticos.
Las distintas
organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, los sindicatos,
las amas de casa, los jubilados, los obreros, los desempleados y tantos otros y
otras tienen derecho a forjar una nueva educación. Los y las nadies
contemporáneos queremos una educación que alguna vez nos represente y que nos
emancipe.
Nosotras las mujeres
tenemos mucha experiencia en las organizaciones horizontales, los sindicatos
(algunos) tienen experiencia como formadores de cuadros políticos, distintas
ONGs tienen experiencia en el diálogo, la confrontación y la conformación de
nuevxs y mejores líderes. Lxs educadorxs tenemos algo que aportar y mucho para
aprender de todxs ellxs.
Todo está por hacerse, sólo
falta la iniciativa, la puesta en marcha de una educación nueva para una
sociedad nueva.
[1] BAUMAN,
Zygmunt, Vidas desperdiciadas: La
modernidad y sus parias. Barcelona. Paidós Ibérica. 2005.
[2] Ley
Nacional de Educación Superior 24.521. Sancionada en Agosto de 1995. Decreto
268/95.
[3] Ley
24.195 Federal de Educación. Sancionada en Abril de 1993.
[i] FREIRE,
Paulo, Pedagogia do oprimido, New
York: Herder & Herder, 1970 (manuscrito en portugués de 1968). Publicado
con prefacio de Ernani Maria Fiori. Río de Janeiro, Paz e Terra, 218 p.
[i] Artículo
de opinión escrito por Valeria Canoni, profesora en Filosofía por la Universidad Autónoma
de Entre Ríos.
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