jueves, 17 de enero de 2013

Vida cotidiana: acuerdos y desacuerdos


Vida cotidiana: acuerdos y desacuerdos

   Ellas y él constituyen una familia, una de ellas es docente de secundaria y él también lo es. La otra ella es una niña de apenas un poco más de un año de edad. Juntos transitan alegrías, desavenencias, emociones, miedos, cambios. Hace un mes él tuvo un episodio violento que lo marcó, desde ese momento la vida de ellas no volvió a ser la misma. Él podría ser cualquier padre o esposo pero resulta que es el padre de J y el esposo de P y sólo a ellas les afectó que él sintiera por primera vez en su vida ansiedad y cierto grado de paranoia. La dinámica familiar que les era común de pronto se trastocó y se tornó un disparate de medidas, advertencias, insomnios y llantos.
No hubo nadie que ayudara a X, ni sus compañeros de trabajo ni sus amigos. Capaz que creyeron que lo molestarían o que no querían invadirlo, pero lo que sintió X es que fueron egoístas e insensibles con su dolor.
Esta semana, X comenzó a sentir un dolor abdominal, se asustó mucho y ellas también. Hubo corridas al médico, llantos, nervios, esperas. X, P y J estuvieron muy inquietos, casi tanto como cuando X tuvo su incidente en el que quisieron robarle y lo amenazaron de muerte.
P muchas veces se siente frustrada y a punto de explotar, con su marido inseguro y nervioso siente que la carga del trabajo y su hija se hacen insoportables. Hace unos días P recordaba una escena de una película que la conmovió muchísimo, una mujer que ante la posibilidad de seguir con su rutinaria vida y sentir deseos de suicidarse, abandona su familia. P en estos días se siente así. A veces resulta que como mujer puede resultar gratificante ser una trabajadora, militante, estudiante, etc., pero también en un punto suele ser agotador y también sumamente estresante.
P, X y J comparten la vida pero cada día deben apostar y reflexionar en esta difícil tarea de conciliar trabajo, amor, familia y política porque juntos se propusieron que jamás dejarían de lado al otro ni lo explotarían, mucho menos serían violentos entre sí.
P sabe que no quiere una familia como la que tuvo al nacer, en la que su madre siempre fue la segunda, la inútil, la que “nada hacía bien” según su padre. P le explica a X que ella no quiere repetir la historia y mucho menos que J cargue con sus miedos e inseguridades.
Por suerte, a diferencia de los padres de P, X y P hablan todo entre ellos. Discuten, acuerdan, llegan a puntos muertos y a veces también se disgustan pero sabiendo que juntos quieren que su pareja sea fuerte y sana y que J sea una niña feliz. Lo demás sigue en discusión pero en eso siempre están de acuerdo.

2 comentarios:

  1. like :D
    Me encata, tiene sabor de cuento :p

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    1. Muchas gracias Jefferson! Realmente era un breve ensayo que me pidieron en la diplomatura basado en situaciones verosímiles. Podían ser vivencias reales o imaginarias pero que fueran creíbles. Creo que tratar de relatar la vida familiar siempre tiene una carga emotiva e identitaria porque nos llega a nuestra fibra íntima ya sea generando un acuerdo o un desacuerdo. Gracias por pasar por mi blog.

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