Vida cotidiana: acuerdos y desacuerdos
Ellas y él constituyen una familia, una de
ellas es docente de secundaria y él también lo es. La otra ella es una niña de
apenas un poco más de un año de edad. Juntos transitan alegrías, desavenencias,
emociones, miedos, cambios. Hace un mes él tuvo un episodio violento que lo
marcó, desde ese momento la vida de ellas no volvió a ser la misma. Él podría
ser cualquier padre o esposo pero resulta que es el padre de J y el esposo de P
y sólo a ellas les afectó que él sintiera por primera vez en su vida ansiedad y
cierto grado de paranoia. La dinámica familiar que les era común de pronto se
trastocó y se tornó un disparate de medidas, advertencias, insomnios y llantos.
No hubo nadie que
ayudara a X, ni sus compañeros de trabajo ni sus amigos. Capaz que creyeron que
lo molestarían o que no querían invadirlo, pero lo que sintió X es que fueron
egoístas e insensibles con su dolor.
Esta semana, X comenzó a
sentir un dolor abdominal, se asustó mucho y ellas también. Hubo corridas al
médico, llantos, nervios, esperas. X, P y J estuvieron muy inquietos, casi
tanto como cuando X tuvo su incidente en el que quisieron robarle y lo
amenazaron de muerte.
P muchas veces se siente
frustrada y a punto de explotar, con su marido inseguro y nervioso siente que
la carga del trabajo y su hija se hacen insoportables. Hace unos días P
recordaba una escena de una película que la conmovió muchísimo, una mujer que
ante la posibilidad de seguir con su rutinaria vida y sentir deseos de
suicidarse, abandona su familia. P en estos días se siente así. A veces resulta
que como mujer puede resultar gratificante ser una trabajadora, militante,
estudiante, etc., pero también en un punto suele ser agotador y también
sumamente estresante.
P, X y J comparten la
vida pero cada día deben apostar y reflexionar en esta difícil tarea de
conciliar trabajo, amor, familia y política porque juntos se propusieron que
jamás dejarían de lado al otro ni lo explotarían, mucho menos serían violentos
entre sí.
P sabe que no quiere una
familia como la que tuvo al nacer, en la que su madre siempre fue la segunda,
la inútil, la que “nada hacía bien” según su padre. P le explica a X que ella
no quiere repetir la historia y mucho menos que J cargue con sus miedos e
inseguridades.
Por suerte, a diferencia
de los padres de P, X y P hablan todo entre ellos. Discuten, acuerdan, llegan a
puntos muertos y a veces también se disgustan pero sabiendo que juntos quieren
que su pareja sea fuerte y sana y que J sea una niña feliz. Lo demás sigue en
discusión pero en eso siempre están de acuerdo.
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ResponderEliminarMe encata, tiene sabor de cuento :p
Muchas gracias Jefferson! Realmente era un breve ensayo que me pidieron en la diplomatura basado en situaciones verosímiles. Podían ser vivencias reales o imaginarias pero que fueran creíbles. Creo que tratar de relatar la vida familiar siempre tiene una carga emotiva e identitaria porque nos llega a nuestra fibra íntima ya sea generando un acuerdo o un desacuerdo. Gracias por pasar por mi blog.
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