Aquí estoy en la tórrida Paraná tratando de no derretirme. Ventilador, cama, silla, computadora, tratando de evitar movimientos bruscos. Dejando que las horas pasen muy lentamente porque cualquier exceso de acción genera más transpiración. Mi consuelo? Algún día pasará este ardiente verano y vendrá el esperado invierno, por ahora a seguir escondiéndome debajo de cualquier arbolito, eligiendo las veredas con sombra, usando mis queridos sombreros, saliendo lo más tarde posible a pasear.
Respiro hondo, cierro los ojos y sueño con la nieve de las tarjetas postales...
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